lunes, 10 de marzo de 2008

ECOFEMINISMO

A partir de los años 70 se comienza a documentar la crisis ambiental del planeta. La visión de las mujeres sobre la destrucción de la capa de ozono, la deforestación de bosques y selvas, así como la evidente contaminación de agua y aire, da paso casi en forma paralela al llamado ecofeminismo, es decir el interés de la población femenina por involucrarse en las luchas ambientalistas.
En 1974, Francoise d`Eaubonne, una de las precursoras de este movimiento, adoptó por primera vez el término, en el que destaca las conexiones históricas, biológicas y sociales entre la naturaleza y las mujeres y considera que la explotación y opresión de ambas es consecuencia del dominio del hombre y del orden patriarcal.
El ecofeminismo considera a las mujeres como una categoría única, sin distinción de clases, castas, razas, religiones, etnias y edades, postura que se mantuvo hasta los 80 y que recuperaba la visión de los valores matriarcales y la implantación de la cultura femenina.
A principios de los 90, cuando dicho concepto todavía tenía aceptación y continuaba en auge, surgieron las primeras investigaciones, estudios, reflexiones teóricas a cargo de “feministas ambientalistas”, lo que trajo nuevas líneas de pensamiento sobre la interacción mujeres-medio ambiente-recursos naturales-desarrollo sustentable. Del ecofeminismo inicial surgieron nuevas tendencias, todas preocupadas, ocupadas e interesadas por el cambio de las relaciones entre las personas y el medio ambiente.
Una de ellas el “feminismo ecológico”, concepto que a decir de la integrante de la organización Milenio Feminista, Friné López Martínez, echa atrás la definición de ecofeminismo, pues “no es por nuestras cuestiones biológicas reproductivas (como mujeres) por las cuales estamos en contacto con la naturaleza”. La activista establece que “cualquiera que sea el interés de las mujeres frente a la naturaleza, ésta se da de manera diferenciada con los hombres en virtud del sexo/género, resaltando dicha vinculación como conocedoras, usuarias, afectadas, productoras y/o consumidoras de los recursos naturales y del medio ambiente”.

1 comentario:

María Dolores Díaz Noguera dijo...

Muy bien. La entrada es correcta.